El Alto, 17 dic.- El ejercicio de la abogacía se proyecta hacia un horizonte tecnológico. La práctica deontológica de la profesión encuentra un espacio común y positivo con las nuevas herramientas, como la Inteligencia Artificial (IA), que contribuyen a la formación de profesionales más competitivos, la satisfacción de un servicio ágil e integral.
El Derecho evoluciona conforme a la sociedad y este se adapta a los cambios jurídicos. El vínculo del ejercicio de la profesión con la tecnología existe, y cada vez más fuerte, y en ambos espacios prevalece el servicio social, como bien común.
“Podrán cambiar los protocolos, procedimientos, herramientas, formas de aplicación y realización del Derecho, con el uso y adaptación a las tecnologías, sin embargo, el Derecho siempre estará presente en la vida del ser humano, evolucionando con él o adaptándose a sus cambios”, afirmó durante una entrevista el Abogado alteño y Exfiscal Anticorrupción, Dr. Rime Choquehuanca.
La IA es el mejor aliado para servicios eficientes tecnológicos y se aplica en el Derecho Informático, como ciencia jurídica que regula este tipo de actividades del ser humano; y surge también la Informática Jurídica, que constituye los distintos programas informáticos que se aplican o realizan para las actividades jurídicas.
Según el Director de Innovación del Grupo Empresarial “Ingenieros Asociados”, Ing. Sergio Benavides, agrega que, si bien no hay una lista profunda de servicios tecnológicos, hay algunos que ya se aplican, como los canales de atención al cliente, la prestación de servicios a distancia; la elaboración de contratos inteligentes “SmartContracts”, el uso de datos y la comunicación en si misma entre clientes y abogados.
El entrevistado insiste que la IA brinda un gran apoyo al campo legal, desde la generación automática de contratos (documentos legales) hasta el seguimiento de plazos y la gestión de base de datos. La IA se convierte en un asistente incansable y preciso, su automatización no solo agiliza los procesos legales, sino que también reduce el margen de error y optimiza los recursos disponibles. “La Inteligencia Artificial se convierte en una herramienta indispensable para abogados que buscan eficiencia y resultados óptimos en su trabajo diario”, agregó el Ingeniero Benavides.
Para algunos abogados y especialistas en Informática la IA ha llegado para quedarse en el campo legal, su automatización, análisis y eficiencia son innegables. Sin embargo, también debemos abordar los desafíos éticos y jurídicos que surgen con su implementación. La clave está en localizar un equilibrio adecuado entre aprovechar al máximo las capacidades de la IA garantizando una práctica legal ética y justa.
En última instancia, la IA es una herramienta poderosa que puede ayudar a los abogados a brindar un mejor servicio a sus clientes y enfrentar los desafíos en un mundo legal cada vez más complejo. Al abarcar la tecnología de manera responsable y adaptarse a sus avances, los profesionales del Derecho pueden estar preparados para un futuro emocionante y lleno de posibilidades.
Si se trata de nuevas capacidades en los profesionales, el Doctor Choquehuanca considera que se debe considerar la constante capacitación de sus colegas abogados en el uso de ordenadores y, especialmente, de software vinculados a la administración de justicia. “La abogacía no puede quedar atrás en el desarrollo tecnológico”, aseveró.
Choquehuanca, sugiere que las capacidades del futuro abogado deben estar conectadas a la programación básica, análisis crítico, resolución de los problemas prácticos, diseño de modelos de prevención, valoración de elementos de prueba obtenidos digitalmente, entre otros.
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