8 ene.- Durante casi dos décadas, los oligarcas masistas nos vienen charlando y repitiendo constantemente sobre el buen vivir, el respeto a la Pachamama y decían que es nuestra madre tierra y hasta han promulgado la Ley de la Madre Tierra. Y como si fuera poco, consiguieron a nivel internacional que el uso del agua sea declarado como derecho humano, pero sus partidarios, saqueadores de oro van contaminando los ríos con mercurio. Sin embargo, Santa Cruz, Norte de La Paz, Beni y otras regiones del país, estuvieron ardiendo por la nefasta inacción del gobierno, cuando los incendios premeditados, los avasallamientos, el narcotráfico y la persecución de los líderes de las regiones, demuestran que estamos en un Estado fascista y entreguista.

Se arguye, en unos casos, que las quemas serían para habilitar tierras para generar seguridad alimentaria en el país, sin embargo, se denunció que, luego, estarían destinadas a sembrar coca que no es para el pijcheo. El problema surge cuando se sigue permitiendo las quemas sin alguna responsabilidad, a sabiendas de que vendrán bomberos, voluntarios del ZAR y las lluvias para apagarlos, con las consiguientes erogaciones de grandes cantidades de recursos económicos, sin que los causantes de los incendios respondan por los daños y los gastos ocasionados.

Zenobio Quispe, intelectual alteño

Estas quemas causan estragos cuando los animales silvestres son dramáticamente diezmados. Con la contaminación atmosférica, el humo provoca bronquitis, tos, etc., más aún cuando la calidad del aire sobrepasó los límites permitidos.

Los principales agresores de la Pachamama de hoy, indudablemente junto a otros grupos delictivos, son los cooperativistas auríferos que envenenan los ríos con mercurio, otros incendian los bosques con la absoluta complicidad de los gobernantes. Todas estas nefastas acciones se realizan a vista y paciencia del presidente Luis Arce Catacora, del vicepresidente David Choquehuanca y las principales autoridades estatales, quienes en los hechos se constituyen en cómplices de estos depredadores.

Pero estos enemigos de la Pachamama, son los responsables directos en unos casos y en otros, las autoridades nacionales son cómplices de toda esa depredación, contaminación y destrucción de la madre tierra. Son los disfrazados de cooperativistas mineros que explotan a miles de trabajadores y chiquillas que fueron raptadas para la prostitución y hacen marchar a esos trabajadores en la ciudad de La Paz para no pagar impuestos, además de los narcotraficantes, los avasalladores, los incendiarios de nuestros bosques.

Muy al contrario de lo que predica, David Choquehuanca es parte de la cultura de la muerte, porque desde el gobierno y la vicepresidencia permiten los incendios devastadores, permiten el saqueo del oro, con la consiguiente devastación ambiental y el envenenamiento por mercurio a indígenas y el aniquilamiento de la fauna piscícola existente en los ríos. Pero, Choquehuanca en sus discursos, reiteradamente y de forma demagógica, repite sobre eso de la cultura de la vida y cultura de la muerte, la Pachamama, el vivir bien, entre otras falacias.

En la práctica, se constata que los masistas se ríen de la Pachamama, al permitir los desastrosos incendios en el norte de La Paz, como en San Buenaventura, Palos Blancos, Chulumani, Caranavi, Guanay y Mapiri o en Santa Cruz, constatándose que la política masista fue la más devastadora del medio ambiente, con la destrucción de áreas forestales, contaminación con mercurio de nuestros ríos, etc., al permitir los desastrosos incendios y el saqueo del oro que genera una alarmante devastación ambiental.
¿Pachamama? Eso de la Pachamama, el cuidado de la madre tierra, solo es un cuento masista, porque no existe el respeto a la madre tierra, por eso impunemente incendian los bosques, contaminan los ríos con mercurio, etc. Y es peor cuando se evidencia que estos actos delincuenciales nadie los sanciona, lo que nos muestra que existe una gestión totalmente inoperante y cómplice desde el Gobierno central, cuando para disimular envían, como gran cosa, unos cuantos bomberos.

No puede ser que los incendiarios sigan como si nada hubiese pasado, y después de haber provocado semejantes catástrofes se campeen felices y con absoluta impunidad.
Son los salvajes y criminales del Siglo XXI que queman los bosques con total impunidad, otros del mismo grupo azul asaltan el oro depredando todo a su paso, envenenando los ríos, peces e indígenas con mercurio y otros elementos nocivos. Los otros son los cómplices que permiten todo este nefasto accionar, pese a que les pagamos sueldazos. como el presidente, vicepresidente, ministros, viceministros, y los directores de las áreas involucradas, además de los jueces, fiscales y policías, junto a los que aprobaron y promulgaron las cuestionadas leyes incendiarias.

Por: Zenobio Quispe (Comunicador y fundador del SINTRAPREN)