En este día, se debe rendir homenaje a aquel hombre que asume su rol de padre de manera plena, considerando que en la actualidad se presentan nuevos y diferentes roles dentro de la familia y la comunidad.
Lo importante para el padre actual es que en todo momento recuerde que su participación en la vida de su hijo o hija, su relación con él o ella contribuirá a que este de desarrolle mejor.
Un gran número de investigaciones demuestran que los niños que cuentan con la presencia y dedicación de sus padres son más seguros de sí mismos, se desarrollan de una forma más saludable, crecen más felices y poseen un mejor rendimiento escolar.
Pero no sólo en los niños se ven los beneficios: cada día existe mayor evidencia científica de que los papás que se involucran en la crianza de sus hijos son más saludables, participan más de actividades comunitarias, poseen una mejor relación con sus propios hermanos y padres, fortalecen sus relación de pareja, se vuelven más eficientes en el trabajo, se estresan menos por cuestiones laborales y tienen claro que su familia está en la cima de su lista de prioridades.
Conceptos de “buen padre”
Actualmente existe una imagen ampliamente difundida por las sociedades de consumo de “el buen padre”, por lo general ligada a la de "proveedor". En resumen es aquél que satisface todas las necesidades materiales del hogar. Es esa imagen del padre que trabaja jornadas dobles y aún los fines de semana. Así se consume ansiosamente, sin proporcionarse un descanso para disfrutar lo importante: la experiencia incomparable de ser testigo participativo del crecimiento y crianza de los hijos.
En estos tiempos, en comparación a otros más recientes, es anecdótico el encontrar personas que reprochen a quienes intentan que persista el tabú imborrable de que el padre de familia no debe involucrarse emocionalmente con los hijos y mucho peor encargarse del cuidado del hijo. Cada día son más los padres presentes en el quirófano en el momento del nacimiento de sus hijos, en los cursos prenatales y de posparto para capacitarse en el cuidado del bebé.
Se necesitan dos para engendrar un hijo
La madre establece una comunicación vital con el hijo desde el momento mismo de su nacimiento y se dice que esto se logra gracias a la intuición femenina. Ella interpreta las señales de temor en el infante y con cariño lo tranquiliza y calma suavemente.
Al incentivar a los hijos a subir otro peldaño para que llegue a la cima, la madre le dice al hijo: "con cuidado", mientras que el padre incentiva a esforzarse y subir "uno más". Por todo lo anterior se llega a la conclusión de que no sólo se necesitan dos para engendrar, sino que también se necesitan dos para su desarrollo.
La labor del padre conlleva un papel muy importante: proporciona seguridad, confianza en el porvenir, disciplina, y lo más importante, cierra el ambiente de comprensión y cariño que debe envolver al niño o niña. El padre proporciona un elemento único y esencial en la crianza del hijo y su influencia es poderosa en la salud emocional. Ya ha quedado demostrado que los niños con más valores, cariño, seguridad y confianza están más propensos a hacer mejores decisiones en la vida.
¿Papá de caricatura?
Las películas se han ocupado de caricaturizar a los padres con miles de cómicas escenas sobre su aparente inexperiencia cuando tienen que cuidar a sus hijos pequeños. Sin embargo, lejos de lo que sucede en la pantalla, y como contraparte del avance femenino en el terreno laboral, hoy vemos que los hombres ocupan espacios tradicionalmente considerados de mujeres y, salvo la lactancia, comparten todas las tareas de cuidado y crianza de un recién nacido. Pero ¿qué significa ser papá?, ¿Cuál es el rol de los padres? ¿Cómo ser un buen papá? Estas son interrogantes que sólo cada uno de los padres puede responder con sus experiencias, con sus aciertos y sus errores. No existen recetas, pero lo que se puede plantear son sugerencias, veamos algunas:
La calidad debe imponerse a la cantidad. La vieja discusión entre calidad y cantidad de tiempo que pasas con un niño o niña, se acentúa cuando se trata de la relación padre-hijo o padre-hija, ya que en la mayoría de los casos, los padres trabajan y están físicamente muchas más horas fuera de la casa que la mamá de un recién nacido. La calidad es mucho más importante que la cantidad. Es mejor poco pero bueno, que mucho pero mal. A un padre lo define su función, más allá del tiempo que pase con su hijo.
Pierda el miedo a la ternura. Al niño le da mucho placer el contacto físico, las palabras, las caricias, ese momento en que su papá lo levanta, lo acuna y lo mima. Si la vergüenza es tu problema, lleva a tu hijo a un lugar donde te sientas a gusto juega con el sin que nadie los interrumpa. De alguna forma hay que hacer que la calidad se mantenga y por mucha cantidad. Hacerlo dormir, cambiarle los pañales, preparar un biberón, un paseo por el barrio, todo momento se convierte en una oportunidad para demostrarle cuanto lo amas. (educabolivia.bo)