La Paz, 26 may.- El presidente Luis Arce Catacora pidió este jueves a los militares que forman parte del Regimiento 1ro de Infantería Colorados de Bolivia ser garantes de la Constitución Política del Estado, resguardar la paz y practicar la lealtad con el Primer Mandatario y el pueblo boliviano, único soberano que tiene la prerrogativa de elegir a sus gobernantes. El Jefe de Estado participó en el acto de conmemoración del 213 aniversario del regimiento y entregó un bloque multifuncional.
“El Regimiento 1ro de infantería Colorados de Bolivia Escolta Presidencial tiene el honor de ser uno de los pocos destacamentos militares que se mantuvo leal al presidente general Juan José Torres, derrocado por el golpe militar del general Hugo Banzer en 1971. La lealtad, por lo tanto, debe ser su mayor legado, lealtad debe aclararse que no es solo con el Primer Mandatario, sino con el pueblo boliviano, único soberano con la prerrogativa de elegir a su gobernante”, manifestó durante el acto de entrega.
La infraestructura fue edificada con una inversión de Bs 5,7 millones y cuenta con un bloque con dos dormitorios para 120 soldados, comedor, aulas y oficinas el sector administrativo. El segundo tiene siete departamentos de un dormitorio, cocina, baño y comedor.
“Esta unidad militar está llamada a ser la principal garante de la Constitución Política del Estado para resguardar la paz de la que hoy gozan las bolivianas y los bolivianos, y que poco a poco nos va sacando de la lamentable situación de la cual dejó al país el golpismo del 2019”, subrayó en el acto en que estuvieron presentes autoridades del Órgano Ejecutivo y del Alto Mando Militar de las Fuerzas Armadas (FFAA) del país.
Recordó que el Regimiento de Infantería Colorados de Bolivia Escolta Presidencial es una unidad de élite de las Fuerzas Armadas que ostenta el honor de estar conformado por los mejores elementos del ejército, por lo que tienen la tarea de velar por la seguridad del Primer Mandatario, deben seguir el ejemplo de militares valientes y destacados como el capitán Waldo Ballivián Soria Galvarro, quien permaneció junto al entonces presidente Gualberto Villarroel. Ambos fueron asesinados y colgados en la Plaza Murillo.
“En las actuales circunstancias, en las que fuerzas antidemocráticas continúan con su labor de zapa para derrocar al gobierno democráticamente elegido, las puertas de los cuarteles, de nuestras Fuerzas Armadas en general y de este valeroso regimiento, deben permanecer cerradas a los llamados de sedición y alteración del orden constitucional del Estado Plurinacional de Bolivia”, aseveró.
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