La Paz, 26 Oct.- La destacada periodista, Ana María Romero de Campero, más conocida como Anamar, falleció víctima de complicaciones gastrointestinales la noche del lunes, alrededor de las 22:10, en su casa en las calles Capitán Ravelo y Belisario Salinas, en el tradicional barrio de Sopocachi de La Paz, informaron sus familiares.

Ana María Romero presidenta de la Cámara de Senadores, pidió licencia de la Asamblea el 2 de febrero debido a una operación gastroentereológica que experimentó dos días antes por una obstrucción en el intestino delgado, según informó, en su momento, el médico que realizó la operación Carlos Aguilar Peñarrieta.

Ana María Romero de Campero, destacada periodista (+).En horas de la tarde el cuerpo será velado en el Hall de la Asamblea Legislativa, donde fungió por un tiempo corto como presidenta de la Cámara de Senadores. El entierro está previsto para este miércoles.

Anamar, la primera Defensora del Pueblo y presidenta de la Cámara de Senadores fue hija del historiador y político boliviano Gonzalo Romero, pero en su actuación pública ha agregado a su nombre el apellido de su esposo, Fernando Campero Prudencio, por lo que es conocida como Ana María Romero de Campero.

Desde muy joven se interesó por la literatura, internándose en la biblioteca paterna para leer sobre los más diversos temas. En su juventud ingresó al periodismo, siendo reportera, cronista, jefa de redacción, columnista y finalmente directora del periódico de orientación católica "Presencia", durante la década de los años 70 y 80.

Durante la presidencia de Walter Guevara Arze fue brevemente ministra de comunicación de su gobierno, el cuál sería derrocado por un golpe militar, el 1 de noviembre de 1979, en lo que se llamó "el golpe de estado de Todos los Santos". En años posteriores se trasladaría a los Estados Unidos donde realizaría una maestría en Teología en la Universidad de Georgetown.

En el año 1998 fue elegida por el Congreso boliviano como la primera Defensora del Pueblo de Bolivia. Desde este cargo, novedoso para la historia de las instituciones bolivianas, desplegó una labor de acercamiento y defensa de los sectores menos favorecidos ante la actuación del estado.

Desde este cargo, Ana María Romero de Campero, desplegó una gran campaña de promoción de los derechos humanos de sectores ignorados hasta el momento en la sociedad boliviana, como los homosexuales, las prostitutas y los indígenas trabajadores urbanos y rurales.

Su papel como representante de demandas sociales frente al estado, tuvo su ejemplo más notorio, cuando inició una huelga de hambre en una iglesia de La Paz, junto a una gran cantidad de dirigentes indígenas, sindicalistas, maestros y estudiantes, en protesta por la violenta represión del gobierno de Sánchez de Lozada en la denominada “Guerra del Gas”

Con posterioridad a estos sucesos Anamar presidió la Fundación UNIR, una organización no gubernamental, destinada al estudio y monitoreo de los medios de comunicación bolivianos, como también a fomentar el diálogo social en todos los ámbitos de la sociedad.

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