La Paz, 29 oct.- Bolivia quiere cambiar su estrategia de desarrollo económico, a pesar de su historia de retraso. Durante una conferencia del 28 de octubre, los organizadores, Agencia de Desarrollo Económico Local (ADEL), Amibe-Codem Fundación y la Alcaldía de La Paz se zambulleron en el tema.
En la inauguración del acto, Ronald Pereyra presentó la situación: ¿"Dónde estaba Bolivia estos últimos años en la economía del mundo"?, se preguntó.
Según él, no existe repuesta concreta a este cuestionamiento sino que hay aceptar retos por el futuro.
Pasa por la educación, incluso la reflexión sobre lo que hacemos, que se dirige a toda la gente para conseguir una cohesión social.
Al nivel de lo local, el país dispone de un capital social importante. Se entiende que conoce su cultura y valores tradiciones. Eso reúnen los bolivianos y ayuda a implicarse en el dinamismo de la sociedad.
Al nivel de la educación, el aprendizaje tiene que girarse hacia la innovación y la creación. El proceso se llama el 'emprendimiento'.
Francisco Valderrama, director competitividad y emprendimiento de la Alcaldía de La Paz explica:"El emprendedor promueve el cambio y la transformación de la sociedad. De cierto modo, no inventan como los genios, los científicos, pero transmiten el saber para que sea aplicable en la vida cotidiana".
Pues, la educación se elabora no como repetición de la materia sino como creación a partir de esa materia.
La sociedad necesita de este proceso de innovación. Su transformación y mejora depende de los esfuerzos de cada uno en la aplicación del aprendizaje.
Por ejemplo, una persona puede aprender a hacer zapatos. Después de eso, podría hacer otra. Pero si ella propone nuevo tipo de zapatos, tal con otro cuero o con estilo innovador, abre nuevos intercambios comerciales y abre la reflexión sobre nuestras costumbres.
Así motiva al movimiento de cambio. De tal manera, desarrolla la economía de la sociedad.
Francisco Valderrama remite: "Existen pocas formaciones de emprendimiento. Frente a esa carencia, proponemos varias soluciones".
El gobierno organiza concursos en las escuelas para los jóvenes de 13 y 14 años. Consiste en crear algo concreto para cambiar el pensamiento. También, pone en marcha formación técnica laboral para los jóvenes pobres.
Por fin, acoge la gente que desea encontrar empleo en la casa de emprendedor. Allí se encuentran consejos, libros de información y ayudantes para tener herramientas de creación en el medio del desarrollo económico local.
A lado de la creación, el aprendizaje considera en el terreno de práctica real.
Sigue Valderrama: "La formación se elabora en lo concreto del trabajo. Para ayudar el joven que quiere practicar, hay que implicar a todas las personas educativas, desde los padres hasta el gobierno".
Al final, los organizadores destacan que el buen emprendedor es la persona que define de manera precisa sus objetivos. O sea, saber las competencias que necesita para emprender sus negocios.
Por eso, el joven tiene que pensar con detalles su proyecto para lograrlo de manera eficiente.
Por Sophie Lapy / ABI