Chimoré, BOLIVIA, 10 nov.- El presidente Evo Morales renunció el domingo por la tarde a su cargo tras una arremetida 'golpista' de la oposición que alentó una ola de protestas violentas y vandálicas perpetradas por grupos de choque, que en las últimas horas se ensañaron con las autoridades de Estado y afines al Movimiento Al Socialismo (MAS), quienes fueron perseguidos, agredidos y despojados de sus viviendas poniendo en riesgo su integridad y la vida de sus familias.

"Estoy renunciando para que mis compañeros no sean amedrentados y amenazados", dijo en una conferencia de prensa desde Chimoré, Cochabamba, considerado el bastión del "proceso de cambio" que vivió el país en los últimos años.

Evo Morales, presidente del Estado Plurinacional de Bolivia.
Evo Morales, presidente del Estado Plurinacional de Bolivia.

Morales junto con el vicepresidente Álvaro García Linera renunció después que ganó las elecciones del 20 octubre, esa votación fue sometida a una inspección de la Organización de los Estados Americanos (OEA) a solicitud del propio mandatario ante las denuncias de fraude desde la oposición.

"Yo dije nunca voy a renunciar. Quiero que sepan mis hermanas y mis hermanos, estoy renunciando para que (Carlos) Mesa y (Fernando) Camacho no sigan haciendo patear, quemar sus casas de mis hermanos, por eso hemos decidido renunciar a nuestros cargos. Esperamos que nunca más allá esta clase de pateaduras", agregó Morales.

Morales se convirtió en 2006 en el primer presidente indígena en la historia de Bolivia y puso en marcha un proceso de nacionalización de sectores estratégicos que empujaron el crecimiento del Producto Interno Bruto, con un índice mayor al 4,5% entre 2006 y 2018, período en el que más de 3 millones de personas salieron de la pobreza, según datos oficiales.

La nacionalización no solo permitió apalancar a los sectores productivos del país, generó también riqueza para distribuirla a través de bonos y programas sociales, además de entregar en la mayor parte de su periodo de gobierno.

El Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) elogiaron en reiteradas oportunidades el crecimiento económico boliviano en medios de una crisis internacional regional y mundial.

Morales, líder del Movimiento Al Socialismo (MAS), buscaba profundizar los cambios sociales y económicos con la Agenda del Bicentenario, que consta de 13 pilares referidos a la erradicación de la pobreza, universalización de los servicios básicos, acceso a la salud y educación gratuita, telecomunicaciones, seguridad alimentaria y desarrollo del aparato productivo, entre otros.

"La comisión de auditoría de la OEA ha tomado una decisión política. Si hubieran tomado una decisión jurídica y técnica hubiéramos ganado en la primera vuelta (...). Son decisiones políticas entiendo tal vez para aportar en tema de pacificación, pero no comparto su informe", dijo Morales respecto a la auditoría electoral que comenzó el 31 de octubre y cuyos resultados se hicieron públicos hoy.

Carlos Mesa, candidato de Comunidad Ciudadana, primero se atribuyó el derecho a disputar una segunda vuelta contra Morales, luego demandó una auditoría internacional por sospechas de fraude y, después, pidió desconocer los resultados de las elecciones, lo que provocó la reacción de numerosas organizaciones sociales, campesinos e indígenas, entre otros sectores afines al MAS que exigían respeto al voto de las mayorías.

Entretanto, Luis Fernando Camacho, dirigente del Comité Cívico de Santa Cruz, demandó la renuncia de Morales y nuevas elecciones.

"A la comunidad internacional, sean de las Naciones Unidas, sean de la OEA, Unión Europea, embajadores digan la verdad sobre este golpe de Estado, difundan. Ser indígena y ser de izquierda antiimperialista es nuestro pecado", remarcó Morales. (ABI)