El 1 de abril de 1545, se fundo Potosí con el nombre de Villa Imperial, ubicada a una altura promedio de 3936 m s.n.m. Un grupo de españoles encabezados por el capitán Juan de Villarroel tomaron posesión del Cerro Rico, tras confirmar el hallazgo del pastor, e inmediatamente establecieron un poblado. La fiesta del Departamento se celebra el 10 de noviembre en conmemoración del grito libertario de 1810.
De acuerdo con muchos cronistas, cuando el Inca Huaina Kapac envió gente a trabajar minas en el Sumaj Orcko (montaña majestuosa), se oyó un espantoso estruendo y una voz que dijo:"No saquen plata de este cerro, porque será para otra gente". Asombrados, dieron cuenta del suceso al Inca, usando la palabra "Pptojsi", que en idioma quechua significa "reventar". Esto sucedió 83 años antes de la llegada de los españoles a Potosí.
Otra versión sostiene que el nombre deriva de la palabra aymara-quechua "Pptoj", que significa "brotar", lo cual se justifica por el gran número de manantiales, que brotan de las faldas donde está edificada la ciudad. En 1.945 o antes, el indio Diego Huallpa, buscando llamas perdidas, subió al Sumaj Orcko, y al arrancar unas matas de paja brava encontró una rica veta de plata nativa. Otros dicen que debido al intenso frío, encendió una fogata, cuyo calor fundió el mineral y aparecieron hilos de plata pura.
Lo cierto es que para 1570, tan sólo veinticinco años después de su nacimiento, su población ya era de 50.000 habitantes. Inicialmente se constituyó como un asiento minero dependiente de la ciudad de La Plata (hoy Sucre) pero, tras una larga lucha por conseguir su autonomía, adquirió el rango de ciudad el 21 de noviembre de 1561 mediante una capitulación expedida por el entonces Virrey del PerúDiego López de Zúñiga y Velasco, conde de Nieva.
Mediante esa capitulación, la ciudad recibió el nombre de Villa Imperial de Potosí y adquirió el derecho a elegir a sus autoridades. La inmensa riqueza del Cerro Rico y la intensa explotación a la que lo sometieron los españoles hicieron que la ciudad creciera de manera asombrosa. En 1625 tenía ya una población de 160 000 habitantes, por encima de Sevilla y mayor aún que París o Londres. Su riqueza fue tan grande que en su monumental obra "Don Quijote de la Mancha" Miguel de Cervantes menciona las minas de Potosí. También se acuñó el dicho español vale un Potosí, que significa que algo vale una fortuna.
En 1579 ya había en Potosí ochocientos tahúres profesionales y ciento veinte prostitutas célebres, a cuyos resplandecientes salones concurrían los mineros ricos. En 1608 se festejaba las fiestas del santísimo sacramento con seis días de comedias y seis noches de máscaras, ocho días de toro y tres de saraos, dos de torneos y otros de fiesta. De plata eran los altares de las iglesias y las alas de los querubines en las procesiones. En las casas de los mineros más potentados circulaban todo tipo de perfumes, joyas, porcelanas y objetos suntuosos, y se dice que hasta las herraduras de los caballos eran de plata.
Pero la población indígena, en tanto, sufría una explotación infrahumana. Decenas de miles de indígenas fueron sometidos a la mita, un sistema de esclavitud que ya era habitual en el período incaico, pero cuyo uso intensificaron los españoles, y creció aún más a instancias del virrey Francisco de Toledo, ante la falta de mano de obra para la minería. A los mitayos (como se llamaba a los indios sometidos a la mita) se les hacía trabajar hasta 16 horas diarias, cavando túneles, extrayendo el metal manualmente o a pico, etc. Eran muy frecuentes los derrumbes y otros accidentes, que ocasionaban la muerte de cientos de trabajadores. Las rebeliones eran ahogadas a sangre y fuego. Es probable que hasta 15.000 indígenas hayan muerto en la explotación de la plata, entre 1545 y 1625.
La producción de plata llegó a su punto máximo alrededor del año 1650, momento en el cual las vetas empezaron a agotarse, y Potosí entró en un camino cuesta abajo del que no pudo recuperarse jamás. En 1719, una epidemia de tifoidea mató a cerca de 22 000 personas, y otras tantas abandonaron la ciudad. Para 1750 la población se redujo a 70 000 habitantes. Treinta años después, cayó a 35 000 habitantes. Desde 1776 Potosí, como todo el Alto Perú (la actual Bolivia), pasó a formar parte del Virreinato del Río de la Plata, por lo que la plata dejó de embarcarse a España por el puerto de Arica y empezó a embarcarse por el de Buenos Aires, a 55 días a caballo de distancia. Al estallar el movimiento de independencia, la población había descendido a tan sólo 8000 habitantes.
Lo que salvó a Potosí de convertirse en un pueblo fantasma fue la producción de estaño, un metal al que lo españoles nunca le dieron importancia. La explotación se inició durante la primera mitad del siglo XIX. Pero a principios del siglo XX, la sobre-producción hizo que los precios internacionales cayeran, por lo que Potosí volvió a hundirse en la pobreza.
Actualmente Potosí fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1987, el primer reconocimiento oficial que hizo la UNESCO en Bolivia.La ciudad cuenta con un gran patrimonio arquitectónico, está representado por numerosas construcciones coloniales: la Catedral de Potosí, de estilo gótico; la Casa de la Moneda, construida entre 1757 y 1773, que conserva importantes archivos coloniales y constituye uno de los edificios civiles más destacados de América Latina, así como la Universidad Tomás Frías.
Fuente: Wikipedia