La Paz, 21 jul.- El Mercado de las Brujas fue el motivo principal para una actividad de la Alcaldía donde se presentó la ley autonómica que la declara patrimonio, además de un libro que recoge sus tradiciones y saberes.

“El Mercado de las Brujas en el conjunto patrimonial de San Francisco”, es el título del compendio que recoge cuatro ejes de las tradiciones del lugar turístico. El acto fue virtual con presencia de autoridades municipales y culturales.

El Mercado de las Brujas es visitado por propios y extranjeros.
El Mercado de las Brujas es visitado por propios y extranjeros.

El jefe de la Unidad de Patrimonio Inmaterial e Investigación Cultural, José Bedoya, explicó que previamente se hizo una investigación en coordinación con las personas que tienen sus puestos y trabajan en esta calle; además con el conjunto patrimonial San Francisco, como las yerberas, chifleras, yatiris, amautas y kallawayas.

Para esta ocasión también se presentó de manera oficial la Ley Municipal Autonómica 367, que declara Patrimonio Cultural Inmaterial al Mercado de las Brujas. Esta normativa está vigente desde 2019 y tiene como fin promover las acciones para turismo y economía en torno a este paseo.

“El sector concentra mucho de los saberes ancestrales de la medicina tradicional, además de toda la parte ritual andina porque allí se preparan las mesas que se utilizan en las wajtas y se encuentran puestos ambulantes donde trabajan los amautas yatiris y kallawayas que ofrecen sus servicios, unos como pronosticadores y otros como ritualistas o como sanadores del espíritu”, explicó Bedoya.

El entrevistado relató que el sector de la iglesia de San Francisco, conformada por las calles Juan Bautista Sagárnaga, José María Linares, Santa Cruz de la Sierra, Melchor Jiménez y el atrio de la Basílica Menor de San Francisco, tuvo siempre una vocación espiritual y por su tradición ancestral poco a poco se fueron asentando diversas actividades con esas características.

La AMN publicó el 5 de agosto de 2019 una reseña de este espacio cuyo origen etimológico se remontaría a finales del siglo XVIII cuando había una mujer llamada Josefa Apaza a quien la acusaron de practicar brujería con una mesa de ofrenda que hizo en la calle Linares de La Paz. Ella quería recuperar el “ajayu” (alma) de su hijo. En el conocido Mercado de las Brujas nunca hubo estos personajes que son propios del acervo cultural de Europa, este denominativo en la sociedad paceña se arraigó desde la década de 1940.

“En los años 70, con el interés de promoverla turísticamente, una empresa lo bautiza como Mercado de las Brujas. Fue Crillón Tours que era una de las pocas empresas que hacia turismo receptivo en esa época. Y poco a poco todos los que trabajaban ahí adoptaron esa identidad, esa marca. Ellos no quieren que se los denomine de otra manera porque al turismo internacional, el nombre les atrae mucho”, precisó.

Bedoya recordó que en la época republicana, en este sector ya existían asentamientos de yatiris y kallawayas; posteriormente aparecieron las yerberas y chifleras. Destacó los productos simbólicos, rituales, artesanías y amuletos que se pueden encontrar en este espacio tradicional de La Paz.

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