Los primeros días fueron de racionamiento, luego jugaron, hicieron ejercicios y trabajaron, todo con disciplina obrera.

Con ingenio y tecnología de última generación, los 33 mineros han contrarrestado el hambre, la ansiedad y el encierro durante más de dos meses, en el mayor hito de supervivencia del que se tenga registro.

¿QUÉ COMIERON?

Desde el momento en que ocurrió el accidente, el 5 de agosto, hasta que se logró el contacto, el 22 del mismo mes, los mineros comieron cada 48 horas dos cucharadas de atún, medio vaso de leche y media galleta, además de compartir un tarro de duraznos en conserva entre todos.

Una vez que se produjo el hallazgo, a través de tubos plásticos comenzó a suministrárseles botellas de agua mineralizada, vitaminas y medicamentos, junto a una dieta líquida.

Posteriormente, recibieron comida más sólida, como arroz con carne, aunque bajo un estricto régimen de 2.200 calorías para no engordar.

En las cercanías del refugio, los mineros tenían un baño químico y letrinas, a lo que se sumó una sonda que suministró agua potable.

¿CóMO SE COMUNICARON?

La primera señal de comunicación de los mineros fue el 22 de agosto, cuando desde el fondo de la mina escucharon golpes en la cabeza del martillo de una perforadora.

La sorpresa fue mayor cuando al sacar la sonda se encontró en una de las barras un papel blanco que con letras rojas decía: “Estamos bien en el refugio, los 33”. Una vez establecido el cordón umbilical, asomaron las primeras cartas de los mineros que viajaron a través de palomas (tubos plásticos) para calmar la ansiedad y angustia, lo que dio paso después a la fibra óptica con comunicación telefónica y videoconferencias.

La tecnología de última generación también estuvo presente, como un cinturón biométrico que los mineros usaron en los últimos días para comunicar y monitorear –desde la superficie– sus signos vitales.

¿CUÁL FUE LA RUTINA?

Una vez que se produjo el hallazgo de los mineros, se estableció inmediatamente una rutina de comidas: desayuno, colación, almuerzo, merienda y cena.

Apoyados en un cable de energía eléctrica de 500 vatios, instalaron luces para simular el día y la noche, para mitigar los efectos al momento de salir a la superficie.

Así, tienen horas en las que obligatoriamente hacen ejercicios definidos previamente por especialistas para que no se atrofien sus músculos y mejoren su capacidad aeróbica.

En las últimas semanas, las labores de los mineros se orientaron a ayudar desde el fondo de la mina en las trabajos de limpieza y remoción del material que caía tras las perforaciones de las máquinas. Para ello se dividieron en turnos. El tiempo libre descansaban o tenían pasatiempos.

¿CUÁLES FUERON SUS PASATIEMPOS?

La mayoría de los mineros atrapados son fanáticos del fútbol. Incluso uno de ellos fue jugador profesional. Pese a estar aislados, se le instaló un miniproyector de red para ver partidos en vivo.

También recibieron videos de estrellas del fútbol como Pelé y Maradona, mientras destinaron una zona para crear un minicasino donde jugaban cartas, dominó y cacho.

En las últimas semanas fue autorizado el envío de algunos diarios de circulación nacional.

Para los fumadores les fueron enviados parches y chicles de nicotina.

La fortaleza mental de los mineros fue acompañada por la instalación de reproductores de música portátil que conectaron a parlantes.

Los más religiosos recibieron biblias y rosarios del papa Benedicto XVI.

¿QUÉ REGALOS RECIBIERON?

Uno de los regalos más preciados entre el grupo de mineros fue una minicámara de alta definición con la que han grabado gran parte de su hazaña de supervivencia.

Pese a la tragedia, los mineros no han perdido el buen ánimo y un grupo de destacados humoristas le envió ocho horas de grabación con los mejores chistes.

Dado el fanatismo por el fútbol, algunas estrellas y equipos del balompié mundial se han conmovido con la tragedia de los mineros. El Real Madrid envió 33 camisetas a la mina, el delantero del Barcelona David Villa envió una camiseta a uno de los mineros. (Cubadebate)