7 abr.- En Bolivia, más de 284 mil casos de violencia intrafamiliar han sido registrados por la Policía en un periodo de cinco años. Un equivalente a 56.800 casos por año, entre violencia física, psicológica y sexual, según informe del Observatorio Nacional dependiente del Viceministerio de Seguridad Ciudadana.
De acuerdo con los datos a mayo de 2011, entre 2005 y 2010, el 55 por ciento de la violencia registrada por la Policía fue de tipo psicológico, el 44 por ciento física y el 0,4 por ciento fue por violencia sexual.
El informe señala que Cochabamba registra el mayor índice de violencia intrafamiliar, con 69.856 casos del total nacional, seguido de Santa Cruz, con 64. 629; La Paz 45.522 casos; Oruro 33.944; Tarija con 22.87 y finalmente Potosí con 20.980 casos de violencia.
Por otro lado, y en menor escala, están los departamentos de Chuquisaca, con 13.724; Beni 8.362 y Pando con 4.142.
Sin embargo, estos tres departamentos, junto a Potosí, representan más del 50 por ciento del total de casos registrados sólo de violencia intrafamiliar de tipo física. Por su parte, en los departamentos de Cochabamba y Oruro, las proporciones de este modo de violencia se encuentran entre el 46 al 47 por ciento.
En cambio, en La Paz y Santa Cruz se han presentado los menores niveles de violencia física y los mayores de violencia psicológica. Pero en Tarija la distribución de violencia de tipo físico y psicológico es prácticamente igual.
Por otro lado, Pando es donde se encuentra el mayor porcentaje de violencia intrafamiliar de tipo sexual, luego está Cochabamba y en tercer lugar Beni. La Paz y Tarija tienen igual proporción en este tipo de violencia. En Oruro, Potosí y Chuquisaca se presentan las menores prevalencias de estos comportamientos.
De acuerdo con un dato específico, la violencia física en 2010 respecto a 2005 se incrementó en un 111 por ciento.
En cuanto a la violencia psicológica, la variación de incidencia entre 2005 y 2009 fue sólo de 20 por ciento. Sin embargo, el comportamiento de las violencias sexuales —si bien su participación nacional en conjunto de los tres delitos es muy baja— muestra un incremento en 2010 respecto de 2005 en 3,5 veces. En términos relativos, se sitúa por encima del 250 por ciento.
La magnitud e importancia de los hechos de violencia intrafamiliar en el contexto de la inseguridad ciudadana se refleja en su comparación con el total de denuncias de hechos delictivos, según indica el informe.
En ese sentido, en 2005 se registraron, por cada 100 mil habitantes, 95 casos o hechos más de violencia intrafamiliar que de denuncias de delito; 92 casos más en 2006 y 20 casos más en 2007. Es decir, “la violencia intrafamiliar en estos años fue más intensa que la propia actividad delictiva”, remarca el informe.
A partir de 2008 y hasta 2010 la relación se invierte, es decir, la tasa de violencia intrafamiliar es menor a la de denuncia de delitos, pero en proporciones menos importantes.
La violencia intrafamiliar es el comportamiento de los miembros de las familias que lesionan la integridad, la autonomía, la libertad individual, sexual, la dignidad de otros miembros. Tales conductas incluso significan amenazas para la vida.
La mejor y primera medida que debería tomar cualquier persona para protegerse y evitar un nuevo incidente de violencia intrafamiliar es denunciar el hecho.
Las conductas agresivas se deben al consumo de alcohol y drogas. La mujer maltratada se queda en esa relación porque le gusta. Los niños que presencian violencia no son afectados, pues no se dan cuenta.
En nuestro país, la presencia de niños, niñas y adolescentes en situación de calle tiene en la violencia intrafamiliar una de las más importantes causas.
Las denuncias en la Policía sobre violencia y abuso sexual doméstico están acompañadas de un gran temor de las víctimas a sus victimarios o a pasar por los procesos policiales y judiciales que, muchas veces, representan una segunda o tercera victimización. Esta realidad es mucho más grave de lo que muestran las estadísticas.(PATRICIA FERNÁNDEZ / Cambio)