Tiawanaku, La Paz, (BOLIVIA), 21 ene.- Miles aguardaban el jueves por la mañana la llegada del presidente indígena de Bolivia, Evo Morales, que será empoderado como guía espiritual de su país, en un ceremonial ancestral y prehispánico que se verificará a mediodía en las ruinas de la ciudad milenaria de Tiawanaku, a 72 km de La Paz, un día antes de su investidura oficial en la Asamblea Legislativa Plurinacional.
Morales, que hacia las 10h15 locales (14h14 GMT) abordaba un helicóptero que lo transportaba de una base militar en la ciudad andina de El Alto, vecina de La Paz, a Tiawanaku, recibirá la aquiescencia de los pueblos indígenas y originarios de Bolivia y Latinoamérica, cuyo representantes se han desplazado hasta el centro ceremonial, para emprender su segundo mandato consecutivo de un lustro hasta 2015.
Un panorama multicolor y variopinto daba marco a la ceremonia que se verificará en el templo del Kalasasaya, que corona lo que fue una de las ciudades más pujantes del siglo VI después de Cristo, habitada por 100.000 personas.
Delegaciones de pueblos indígenas de Argentina, Ecuador, Chile, Perú y Venezuela, entre otros 10 países latinoamericanos, ha tomado lugar en los alrededores de las ruinas de la civilización más longeva de sudamericanos.
La civilización tiawanacota tuvo origen el año 1500 antes de Cristo y despareció, al conjuro de un meteorito, hacia 1250 después de Cristo.
Las ruinas donde Morales se convertirá en el "guía espiritual" de Bolivia se construyeron del período intermedio de la expansión de la civilización.
El período Urbano se registra entre los siglos II y VII de este tiempo marcado por la emergencia del Cristianismo.
Miles de originarios bolivianos ataviados en trajes de fiesta bailaban y cantaban en reverencia a la Pachamama (Madre Tierra) y la "Madre Naturaleza".
Al son de instrumentos de viento, tales como las zampoñas y las quenas, propios del folclore andino, indígena y mestizo, acompasados con golpes secos de bombo y tambor, los bolivianos que se han dado cita desde el miércoles en Tiawanaku adoraban, en desplazamientos circulares y candenciosos, los símbolos telúricos que serán ungidos cuando Morales sea facultado en el rito ancestral que también presenciarán delegados diplomáticos acreditados en La Paz.
El tránsito a esta ciudad indígena, por una carretera asfaltada que la vincula con La Paz y centenas de poblados altiplánicos, se encontraba cerrado y los funcionarios, turistas y población civil recorrían a pie un tramo de un km para acceder al terraplén que da acceso a las míticas ruinas.
La televisión boliviana mostró a un funcionario europeo ataviado con un poncho rojo, tejido de lana de camélido y de forma artesanal y que se había encasquetado un "lluchu", un gorro con orejeras, también tejido de lana.
Detrás de estos ropajes se dejaba ver un traje sastre, camisa y corbata, en la fusión de dos culturas, hasta hace cuatro años, mutuamente excluyentes o poco menos que eso.
El vicepresidente de Cuba, Ramiro Valdés, único gobernante que llegó a Tiawanaku, retrató "un acto de respaldo al presidente (Morales) y a lo que él representa" en Tiawanaku.
"América andará cuando ande el indio y el indio está andando", afirmó mientras esperaba la llegada de Morales y poco después que el helicóptero que transportó, desde La Paz, al vicepresidente Alvaro García Linera, se posó en un improvisado helipuerto en la explanada andina.(ABI)